"Y cuando Dédalo, con toda su sabiduría e inteligencia, ufano de su gloriosa ciencia,
vio bajar el sol, descubrió su sombra, negra, aciaga, creciente, voluptuosa, y
entonces entendió que él también estaba allí."
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martes, 11 de abril de 2017
RECONDUCCIÓN
La flama caliente sobre el asfalto
salirse de la carretera
el sol aprieta nuestras gargantas
el cielo azul, nuestros sueños perdidos
beber sangre, comer tierra
y la boca se ensancha y blasfema
atrás, atrás, reconduce mi fortuna
ojos escondidos cercan nuestra rendición
y ella nos espera, besando una estampa
reconduce nuestra fortuna
desde el cielo
desde el cielo
brilla tu furia ante el cuchillo
hundiéndose en el costado
y la vida brotando de él
como un corazón en el triunfo
frío el asfalto bajo la luna
las estrellas se mueven entre sueños
el fuego entre ojos ciegos
la noche entre sus brazos
regresando al final.
viernes, 24 de marzo de 2017
MOSQUITOS
“Entonces la educación superior no era considerada
esencial, y los jóvenes crecían en el hogar con la convicción de que debían
casarse a los veintiún años y empezar a trabajar, independientemente de la
aptitud, inclinación o bagaje intelectual y técnico que tuvieran. Pero hoy día
crecen con la idea de que la juventud, hasta los treinta años, es un curso
universitario sin clases, en el que uno debe pasarse todo el tiempo vestido
como una caricatura, bebiendo whisky de destilación casera y dando zarpazos al
sexo opuesto en los ratos libres."
"Cuando
la juventud sale de uno, uno sale de la juventud. Sale de la vida. Hasta entonces se vive; después de eso, el individuo se da cuenta de que
vive y el vivir se transforma en un proceso consciente. Como ocurre a veces con
el pensamiento. Uno adquiere conciencia de pensar, y entonces empieza a pensar
en palabras y, cuando quiere darse cuenta, ya no tiene ideas, sólo palabras.”
Mosquitos- W. Faulkner
domingo, 19 de febrero de 2017
PECES RAROS
"Lo primero que haremos será abolir la religión, el estado, la masonería, … "
dijo el anarquista.
jueves, 25 de agosto de 2016
PARANOID ANDROID
“Y Damasita Boedo, la muchacha que
cabalga a su lado y que ansiosamente trata de penetrar en el rostro de aquel
hombre que ama, pero que siente en un mundo remoto, piensa: “General, querría
que descansases en mí, que inclinases tu cansada cabeza en mi pecho, que
durmieses acunado por mis brazos. El mundo podría contra ti, el mundo nada
puede contra un niño que duerme en el regazo de su madre. Yo soy ahora tu
madre, general. Mírame, dime que me quieres, dime que necesitas mi ayuda.
Pero el general Juan Galo de
Lavalle marcha taciturno y reconcentrado en los pensamientos de un hombre que
sabe que la muerte se aproxima. Es hora de hacer balances, de inventariar las
desdichas, de pasar revista a los rostros del pasado. No es hora de juegos ni
de mirar el simple mundo exterior. Ese mundo exterior ya casi no existe, pronto
será un sueño soñado. Ahora avanzan en su mente los rostros verdaderos y
permanentes, aquellos que han permanecido en el fondo más cerrado de su alma,
guardados bajo siete llaves. Y su corazón se enfrenta entonces con aquella cara
gastada y cubierta de arrugas, aquella cara que alguna vez fue un hermoso
jardín y ahora está cubierto de malezas, casi seco, desprovisto de flores. Pero
sin embargo vuelve a verlo y a reconocer aquella glorieta en que se encontraban
cuando eran casi niños, todavía; cuando la desilusión, la desdicha y el tiempo
no habían cumplido su obra de devastación; cuando en aquellos tiernos contactos
de sus manos, aquellas miradas de sus ojos anunciaba los hijos que luego
vinieron como una flor anuncia los fríos que vendrán: “Dolores”, murmura, con
una sonrisa que aparece en su cara muerta como una brasa ya casi apagada entre
las cenizas que apartamos para tener un poco y último calorcito en una desolada
montaña.” (De héroes y tumbas -Ernesto Sábato)
domingo, 31 de enero de 2016
LLAMARADA
La llamarada también es una luz. Una conciencia inexacta de
brillar, una percepción decadente de una lágrima superflua de luz, una fugaz mirada que puede cegarnos. Y sin embargo, al mirarla alguien se quedó de piedra.
Mejor será protegerse con los espejos de Perseo. lunes, 11 de enero de 2016
UN SUEÑO OCASIONAL
"...y después de envolver su pantalón de seda en la sábana blanca, echó a volar."
I recall how we lived
On the corner of a bed
And we'd speak of a Swedish room
Of hessian and wood
And we'd talk with our eyes
Of the sweetness in our lives
And tomorrows of rich surprise…
Some things we could do
In our madness
We burnt one hundred days
Time takes time to pass
And I still hold some ashes to me
An Occasional Dream
And we'd sleep, oh so close
But not really close our eyes
'Tween the sheets of summer
bathed in blue…
Gently weeping nights
It was long, long ago
And I can't touch your name
For the days of fate
were strong for you…
Danced you far from me
In my madness
I see your face in mine
I keep a photograph
It burns my wall with time
Time
An Occasional Dream
Of mine
An Occasional Dream
Of mine
An Occasional Dream
Of mine
domingo, 23 de agosto de 2015
EL PLANTÓN
Una
vez convencido de ser demasiado grande para ella, llegó el día en que la dejó
plantada. Entonces ella lloró, y de la lluvia de sus propias lágrimas ella
comenzó a crecer y a crecer, como lo hacen algunos corazones, hasta que llegó
la primavera. Fue entonces cuando, defraudado de la relatividad de su grandeza,
él volvió al lugar y la vio, erguida sobre la tierra, rozando el cielo, con sus
pétalos carnosos y seductores. Aquella flor había crecido hasta hacer pequeña
la mismísima primavera. Y él, que apenas la reconocía, recordó, como por efecto
de la necesidad, su primer gran amor, su primera ilusión, sus primeros
escarceos; y miraba hacia arriba y aún veía en ella algo suyo, algo perdido,
algo de su propia vida. Fue entonces cuando se arrodilló y le pidió perdón, y
ante la gran belleza desbocada bajo el cielo que lo miraba desde arriba, él
lloró y lloró, durante días, durante semanas, durante meses. Entonces ella
observó, para su asombro, que aun con la humedad de sus lágrimas, aun con el abono
de su miseria, aun con el agua que los mismísimos ángeles por piedad enviaban,
aquel corazón era incapaz de crecer.
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