"Y cuando Dédalo, con toda su sabiduría e inteligencia, ufano de su gloriosa ciencia,
vio bajar el sol, descubrió su sombra, negra, aciaga, creciente, voluptuosa, y
entonces entendió que él también estaba allí."

Índice


jueves, 16 de mayo de 2013

ÁFRICA



Es un lento atardecer, imperioso, en el vasto desierto. No hay falsos testigos del cielo en llamas, ni víctimas vivas del cruel acoso que sufre esa tierra de mil escamas. Una última esperanza ha sido entregada al azar, en reclamo a un dios de flamígera espada, sin lamentos para la historia, con un grito de vetustas tragedias. Sabe que la Humanidad no se posó en su destino inveterado, ni voló hacia allí con besos alados, sino con sangre sin rencor, con locura sin delirio, con acero envenenado. Y se pregunta cuál es su nación, si sus fronteras son pisoteadas por pies ajenos; cuál es su ser, si su nombre los púlpitos del mundo rehúyen; cuál su canción, si sólo rugen truenos.
Y en la otra mejilla del horror, aferrados, mira a los supervivientes de la miseria; en el corazón verde de sus entrañas, tierra adentro, como alejados del devenir, de la carretera del infierno. Brazos negros e invisibles que sostienen sus columnas, un sudor etéreo que vuela hacia cielos níveos, un leve rencor desde un gesto hercúleo, para no caer en la nada.
Al olvido se entrega, sin remisión, este crimen velado: La vana lujuria de los dioses, el grave descuido de los imperios, la violenta lucha desde el horror, el cadalso de los débiles. Pero sabe que es ella, está ahí, como una vieja señora: bajo una tierra bañada en sangre, entre tres mares rojos sin compasión, con el dibujo del hambre en su rostro, con la tácita indiferencia del mundo. Es África, encendida, apagada, moribunda, serena, humana, divina y estigia,  en nuestro cielo reflejada. Una última esperanza al azar, por si algún día alzamos la mirada. 

1 comentario:

  1. "África vive azotada por el más horripilante rescoldo de sediciones. Es un continente cautivo, al acecho de las más crueles voluntades del mundo. Despide un hedor de entrañas abiertas y pisoteadas. Nació del alimento piadoso de la Creación, entre un alboroto de divinidades vivas, relajadas y generosas. En ella habitaron más dioses que hombres. Y hoy los dioses del tiempo la ven pudrirse, resquebrajada, desollándose de reseca, árida y blanca hasta la ceguera, baldía de aguas, devorado su suelo verde, implorante, ardiente como un sepulcro por el que asoman sus millones de calaveras de huesos arrugados. África es hoy morada de Leviathán. Un gigante mutilado con mueca horrible entre sus osamentas, y cuyas ruinas sustituyen su divinidad primigenia" Permíteme, mi muy apreciado amigo JAN, responderte con este pequeño extracto de mi visión sobre el castigado continente africano que escribí para un comentario sobre una película maravillosa que trataba el tema que aquí nos ocupa. Me encanta tu texto porque casi casi, hemos coincidido en nuestra apreciación, y eso me llena de satisfacción, dado que, sin poderlo imaginar, hemos hermanado nuestras sensibilidades al tratar de describir el horror que azota tan bello continente, el cual he podido visitar en varias ocasiones, ayudando a varias ONGs en algunas labores humanitarias. Bueno, ha sido un placer volver a leerte. (Te agradezco inmensamente tu deferencia al nombrarme -humildemente no creo merecerlo- en la entrevista que te ha hecho la comunidad. Una entrevista magnífica y tus contestaciones son de "¡chapeau!". Otra coincidencia entre ambos: mi héroe preferido también es Prometeo. ¡Estupendo!) Un gran abrazo compañero, y buenas noches.

    ResponderEliminar

Vistas de página en total