"Y cuando Dédalo, con toda su sabiduría e inteligencia, ufano de su gloriosa ciencia,
vio bajar el sol, descubrió su sombra, negra, aciaga, creciente, voluptuosa, y
entonces entendió que él también estaba allí."

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miércoles, 3 de julio de 2013

MI LIBERTAD



Entre la esclavitud y la libertad, qué decir. Desde que tengo uso de razón he huido de esa sensación ominosa de sentirme esclavo. Porque yo creo que toda relación entre hombres, sea de la índole que sea, crea un dominador y un dominado, un señor y un esclavo. Si no, míralo ahí en las relaciones laborales, en las relaciones familiares,… todos luchan por huir de la condición de vencido, de la condición de esclavo. Pues el esclavo sirve al señor porque sabe que la vida, su capacidad y las circunstancias lo han determinado así: ha de postrarse ante el ser superior, sin condiciones. De modo que, como pueden imaginar, yo ya me he liberado de todas las cadenas, soy libre, LIBRE. Y mi conciencia, mi voluntad y mi “libre albedrío” deciden conjunta y libremente a quién he de obedecer. Unas veces elijo a uno, otras me elijo a otro, e incluso hay veces que, por muy raro que parezca, obedezco a varios a la vez. Obedecer, obedecer, sin ataduras, sin sometimientos. Ah, qué grande cosa es esta de la libertad.  

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