"Y cuando Dédalo, con toda su sabiduría e inteligencia, ufano de su gloriosa ciencia,
vio bajar el sol, descubrió su sombra, negra, aciaga, creciente, voluptuosa, y
entonces entendió que él también estaba allí."

Índice


martes, 16 de diciembre de 2014

LIBERACIÓN

Llegó al café atenazada por la angustia. Se sentó en un rincón, pidió una copa y esperó. Entre sus nervios aún abrigaba la esperanza de que todo volviera a ser como antes, de que el amor reviviera y los sueños siguieran guiando su vida. Durante aquellos minutos de espera, sin embargo, el alcohol fue invadiendo sus pensamientos y produciendo un efecto liberalizador. Todos sus miedos se fueron desvaneciendo sorbo a sorbo, y todas sus expectativas fueron deformándose, hasta el momento en que se dio cuenta de que sus ojos llevaban posados más tiempo de la cuenta sobre aquel joven que se movía entre las mesas y de que le había lanzado una mirada furtiva e inconfundible de deseo.
Pero entonces llegó él y se sentó a su lado. Guiado por una urgencia nerviosa, llamó al camarero. El joven apareció en el lugar y clavó en ella una mirada inquisitiva que ella devolvió con resignación. Luego vino todo lo demás: él dio poderosas razones, y habló de la libertad, del futuro, del destino,…hasta que sus palabras dijeron todo lo que tenían que decir, se despidió y se largó para siempre.

Al otro lado de sus palabras quedó ella, ante el silencio del café vacío, ajena a todas las preocupaciones del mundo, ajena al futuro. Pero de repente, poseída de una extraña energía, una brizna de alegría recorrió su cara, para convertirse en un impulso del que nunca sería consciente. Entonces, se levantó lentamente de la mesa, se acercó a la barra y, haciendo un gesto al camarero, pidió dos copas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vistas de página en total